Sobre mi
Mi nombre es Alicia, se puede decir que soy capitana y grumete a un tiempo de este navío llamado Batiskafo. Me dedico a las artes plásticas, adoro el Art Nouveau y el Steampunk, los cuentos y la fantasía en general me pierden, amo la naturaleza y no hay nada que me guste más que imaginar, diseñar y crear con mis manos cosas hermosas.
Un día pensé en que sería bonito hallar un lugar donde crear, tener un sitio donde hacer lo que me gusta y donde la gente con un gusto afín pudiera verlo y compartirlo. Y esta es la historia de como empezó a navegar mi batiscafo.
Mi infancia transcurrió en los 80 y en aquellos años lo importante era destacar en matemáticas, lengua, ciencias..., no se pensaba en potenciar lo que se te daba bien sino en que todos aprendiéramos lo mismo y del mismo modo. A mí solo me gustaba dibujar. Y en vez de tratar de aplicarme en matemáticas, que buena falta me hacía, me empeñaba en cuestionarme la utilidad práctica en la vida diaria del conocimiento de la raíz cuadrada.
-¿Que quieres ser de mayor?-, siempre había alguien que te preguntaba eso según ibas creciendo. -Pues dibujante- respondía sin titubear ante el disgusto de mis mayores, que intentaban hacerme comprender que aquello no era un trabajo con un futuro prometedor.
Por lo que pronto fue un verdadero problema ¡¡¿¿que podré ser de mayor??!! Pese a todo, desde niña, he orientado mis pasos hacia el diseño y las artes plásticas, puedo decir sin dudarlo que ha sido vocacional.
-¿Que quieres ser de mayor?-, siempre había alguien que te preguntaba eso según ibas creciendo. -Pues dibujante- respondía sin titubear ante el disgusto de mis mayores, que intentaban hacerme comprender que aquello no era un trabajo con un futuro prometedor.
Por lo que pronto fue un verdadero problema ¡¡¿¿que podré ser de mayor??!! Pese a todo, desde niña, he orientado mis pasos hacia el diseño y las artes plásticas, puedo decir sin dudarlo que ha sido vocacional.
Así que me encontraba a mis veinte años, con toda la vida por delante y sin tener ni idea de que podía hacer con ella.
Y pasan los años, sin centrarme en nada, porque lo único que me gusta hacer resulta que no es un trabajo sino una afición. Trabajando en cosas sin futuro y aprovechando el tiempo en cursos diferentes que de un modo u otro me acercan al arte y al diseño.
Cuando en una de esas vueltas que da la vida, a mis 28 años, me encuentro viviendo en Galicia con mi pareja animándome a estudiar escultura en la escuela de Artes y Oficios. Fue una gran idea, no pensando en un futuro laboral, ya quedamos en que esto era solo una afición. Solo se trataba de contrarrestar los accesos depresivos que me provocaba mi trabajo de aquel entonces.
Debo decir que lo pasé como nunca en mi vida, me sentía por primera vez en una escuela como pez en el agua, con todos aquellos materiales, las herramientas tan especiales y todas las técnicas que abrían un mundo de posibilidades de cosas por hacer. Esto me animó a buscar trabajo como freelance y, al terminar la escuela, realicé varios trabajos de escultura, pintura e incluso algunas maquetas.
Entonces, ya sobre el año 2011, decido que voy a complicarme un poco la vida y me asocio con una amiga de la escuela de artes para montar una tienda taller de artesanía.
Pasamos meses preparando el plan de empresa y dandole forma al proyecto hasta el punto de que llegué a sentir que ya existía.
Y pasan los años, sin centrarme en nada, porque lo único que me gusta hacer resulta que no es un trabajo sino una afición. Trabajando en cosas sin futuro y aprovechando el tiempo en cursos diferentes que de un modo u otro me acercan al arte y al diseño.
Cuando en una de esas vueltas que da la vida, a mis 28 años, me encuentro viviendo en Galicia con mi pareja animándome a estudiar escultura en la escuela de Artes y Oficios. Fue una gran idea, no pensando en un futuro laboral, ya quedamos en que esto era solo una afición. Solo se trataba de contrarrestar los accesos depresivos que me provocaba mi trabajo de aquel entonces.
Debo decir que lo pasé como nunca en mi vida, me sentía por primera vez en una escuela como pez en el agua, con todos aquellos materiales, las herramientas tan especiales y todas las técnicas que abrían un mundo de posibilidades de cosas por hacer. Esto me animó a buscar trabajo como freelance y, al terminar la escuela, realicé varios trabajos de escultura, pintura e incluso algunas maquetas.
Entonces, ya sobre el año 2011, decido que voy a complicarme un poco la vida y me asocio con una amiga de la escuela de artes para montar una tienda taller de artesanía.
Pasamos meses preparando el plan de empresa y dandole forma al proyecto hasta el punto de que llegué a sentir que ya existía.
Los comienzos de mi pequeño batiscafo no fueron fáciles, la verdad es que por mucho plan de empresa que hagas siempre te encuentras con cosas que no esperabas. En primer lugar la socia me duró muy poco, recibió una oferta de empleo mucho más prometedora que trabajar en una tienda de artesanía en plena crisis, así que me quedé sola frente al negocio al poco tiempo de ponerlo en marcha.
Tenía dos opciones, cerrar la tienda o continuar sola. Opté por la última, no fue algo meditado y calculado profesionalmente, sino más bien instintivo. Sentía que abandonar en ese momento sería como dejar una historia a medio contar, cerrar el libro de Alicia cuando empieza a caer por la madriguera del conejo y no saber nunca que pasó después. Y yo necesitaba saberlo, así que continué, sola, con escasos recursos y mucho miedo, pero con ilusión por vivir la aventura que supondría.
Al principio creí que me volvería loca, porque pretendí continuar sola con el mismo planteamiento de tienda que teníamos cuando éramos dos: vender solo lo que realizáramos nosotras en el taller. Pero aquello era imposible, iba a mil y nunca tenía stock ni tiempo para realizarlo, la tienda se veía muy pobre, pese a ser pequeña y yo no paraba ni el fin de semana...
Por fin un día me bajé de la burra y decidí comprar producto, uno que fuera con la personalidad de Batiskafo , que acompañara lo que yo hacía y redondeara el concepto de tienda que quería ofrecer al público.
Tenía dos opciones, cerrar la tienda o continuar sola. Opté por la última, no fue algo meditado y calculado profesionalmente, sino más bien instintivo. Sentía que abandonar en ese momento sería como dejar una historia a medio contar, cerrar el libro de Alicia cuando empieza a caer por la madriguera del conejo y no saber nunca que pasó después. Y yo necesitaba saberlo, así que continué, sola, con escasos recursos y mucho miedo, pero con ilusión por vivir la aventura que supondría.
Al principio creí que me volvería loca, porque pretendí continuar sola con el mismo planteamiento de tienda que teníamos cuando éramos dos: vender solo lo que realizáramos nosotras en el taller. Pero aquello era imposible, iba a mil y nunca tenía stock ni tiempo para realizarlo, la tienda se veía muy pobre, pese a ser pequeña y yo no paraba ni el fin de semana...
Por fin un día me bajé de la burra y decidí comprar producto, uno que fuera con la personalidad de Batiskafo , que acompañara lo que yo hacía y redondeara el concepto de tienda que quería ofrecer al público.

Así que poco a poco me hice con unos pocos y escogidos proveedores, algunos también dedicados a la pintura, que realizan unos trabajos preciosos... y otros dedicados a la reproducción de objetos de ese otro tiempo que tanto nos gusta a los románticos soñadores como yo, el decimonónico.
Tras seis años en la tienda me di cuenta de que no era aquello lo que quería hacer, gestionar una tienda es un trabajo y realizar artesanía es otro, una cosa le quita tiempo a la otra y al final no me dedicaba por completo a ninguna. Así que decidí cerrar la tienda física y poner toda mi energía en crear una linea de producto bien definida para poder vender en internet y que la gestión de mi tienda se limitara a la online.
Creo que mi destino siempre fue crear cosas que compartir, mi entrenamiento o mi inspiración primigenia fue la de hacer regalos con mis manos a mi familia y seres queridos. Esta actitud se ha ido desarrollando y creciendo para enfocarse hacia mas personas, de manera que ahora los hago para ti, que has encontrado mi tienda porque de algún modo la estabas buscando.
Tras seis años en la tienda me di cuenta de que no era aquello lo que quería hacer, gestionar una tienda es un trabajo y realizar artesanía es otro, una cosa le quita tiempo a la otra y al final no me dedicaba por completo a ninguna. Así que decidí cerrar la tienda física y poner toda mi energía en crear una linea de producto bien definida para poder vender en internet y que la gestión de mi tienda se limitara a la online.
Creo que mi destino siempre fue crear cosas que compartir, mi entrenamiento o mi inspiración primigenia fue la de hacer regalos con mis manos a mi familia y seres queridos. Esta actitud se ha ido desarrollando y creciendo para enfocarse hacia mas personas, de manera que ahora los hago para ti, que has encontrado mi tienda porque de algún modo la estabas buscando.